Allá por el año 1996, mi tío Jose Luis Yuste inventaba (o “no había antecedentes conocidos”, como rezaba este artículo de El País) una técnica que iba “entre la artesanía y la tecnología”. Consistía en “pintar” con un proyector de alta potencia, los monumentos de Madrid. Así se paseó por algunos lugares, y durante unos dos o tres años, se dedicó a proyectar acetatos con dibujos sobre los monumentos más importantes de España. Con el tiempo, sucedió lo inevitable, otra gente empezó a hacerlo y poco a poco esta técnica se fue perfeccionando y mostrando por el mundo sin que el nombre de Jose Luis fuese mencionado en ningún sitio. A día de hoy, esta técnica, conocida como mapping, se hace
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Desde hacía tiempo sabíamos que Mari se había apuntado para competir en la primera competición de escalada en hielo del Ecuador (Serak 2018). Nos dijo que era muy accesible llegar hasta el glaciar del volcán Cayambe, y que aunque no tuviésemos buena forma física, podríamos alcanzarlo sin problema. Así que tres valientes (Felix, Dominique y un servidor) nos apuntamos para acompañar a Mari a la competición y a “hacerle barra”. Según ella, debíamos alquilar unas botas de alta montaña con crampones porque nos iba a enseñar a pasear un poco sobre el glaciar, y que aunque no lo hubiésemos hecho nunca, no pasaba nada. Así que sin un equipo suficiente, con unas botas y unas herramientas que no habíamos usado
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En noviembre decidimos subir hasta la cumbre del volcán Pichincha, el volcán característico visible desde casi cualquier punto de la ciudad de Quito. Hicimos la famosa subida en teleférico y comenzamos a caminar por uno de los senderos que te dirigen hacia la cumbre, conocida como “Rucu Pichincha”, que quiere decir “Viejo Pichincha” en quichua. El camino fue tranquilo, pasito a pasito fuimos avanzando hasta llegar al arenal, una zona algo más difícil para subir por la cantidad de arena volcánica que te hace retroceder un paso por cada tres. Tras superar esta parte, y ya con el grupo dividido entre los fitness y los que no lo somos, llegamos hasta la zona de las rocas. Aquí el cansancio
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De entre los múltiples pueblitos existentes en las faldas del volcán Pichincha, Nono es uno de los más tranquilos y pintorescos. Sus calles desérticas, las casitas de colores y la iglesia semi-derruida, le dan la impresión de ser un pueblo abandonado. Si no es por el pequeño emprendimiento de helados y los dos o tres apartados restaurantes, podríamos confirmar esta teoría. Fuimos a pasar el día y nos comimos una de las gigantescas truchas de la zona. En los alrededores del restaurante, al borde de una quebrada, encontramos diversa fauna y flora, por lo que pudimos dar un pequeño paseo agradable para bajar la comida. Fecha: 28 de enero de 2017
Durante los meses de diciembre y enero, en la Reserva de Maquipucuna (una reserva privada en la zona de Nanegal, que sorprendentemente sigue siendo parte de Quito) suelen frecuentar muchos individuos de oso de anteojos, el único oso sudamericano y en estado vulnerable de conservación. Se acerca a esta zona porque hay una gran cantidad de aguacatillo, un árbol que produce una de sus frutas favoritas. Es un animal huidizo y difícil de ver, sin embargo tuvimos la suerte de encontrarlo a unos pocos metros de distancia. Esta experiencia es única y ocurre a un par de horas de coche de casa. El paseo fue agradable, pero este fue uno de los últimos avistamientos de oso de la
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Hace tiempo que me habían recomendado asistir a un cambio de guardia del palacio presidencial o palacio de Carondelet, sin embargo al ser un día entre semana, es bastante complicado organizarse (y tener el día libre). Finalmente tuvimos la oportunidad de asistir un lunes a este bonito evento, bastante más concurrido de lo que habría imaginado. Llegamos pronto y nos posicionamos bien, justo detrás del grupo de veteranos de la guerra del Cenepa, que ocurrió entre Ecuador y Perú durante un par de meses de 1995 y acabó por delimitar formalmente la frontera que llevaba tiempo en disputa. Después de un sol abrasador, comenzaron a sonar las cornetas y los guardias de las puertas comenzaron a moverse, iniciando
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La última salida del año 2015 por Ecuador, fue la que hicimos con los compañeros de la oficina. Fuimos a visitar una reserva privada de la que yo nunca había escuchado hablar, y que sin embargo me abrió los ojos hacia un nuevo mundo de posibilidades en este país. Existen varias fundaciones que se dedican a conservar áreas importantes a las que no llega el estado. En este caso fuimos a la Reserva Yanacocha de 1200 hectáreas y gestionada por la fundación Jocotoco. Este lugar se encuentra a escasos kilómetros de Quito en las faldas de una de las cumbres del volcán Pichincha, el Guagua Pichincha. Se trata de un ecosistema de páramo con partes de bosque andino
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Quito tiene, al igual que Santiago de Chile y otras tantas ciudades americanas, una forma muy sencilla para orientarse. Cuando recién llegas a estos lugares y hablando por teléfono te dicen “camina hacia el norte” o “gira hacia el este”, piensas que la gente tiene una brújula interna, un conocimiento ancestral heredado tras generaciones que les permite orientarse como aves migratorias. Falso. En estos lugares, lo que ocurre es que hay un punto de referencia alto que se puede ver estés donde estés. Este es el caso del volcán Pichincha en Quito, que sirve para orientarse a una ciudad entera y que además da nombre a la provincia. En fin, lo que quería contar es que existe un
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Pasaron casi tres meses y aún no había paseado por el centro de Quito durante el día. Pero como he decidido tomármelo con calma, tampoco me preocupaba mucho. Finalmente tuve la oportunidad de aprovechar un día soleado de Junio y echarme a andar por estas bonitas calles. Cuando admiras esta belleza colonial entiendes por qué este centro histórico tiene la categoría Patrimonio de la Humanidad. Sus intrincadas callejuelas llenas de gente, sus bulliciosas avenidas repletas de vehículos y sus vendedores ambulantes anunciando a voz en cuello lo que venden, recuerda bastante a cualquier otro centro de capital de Sudamérica o Centroamérica, sin embargo tiene algo especial; prácticamente ninguna suciedad en el suelo, las calles bien terminadas, con farolas,
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Ya casi consigo poner al día el blog con mi vida; una tarea nada sencilla debido al ritmo frenético de actividades acontecidas en los últimos meses. Esta pequeña entrada servirá para anunciar mi salida de África para volver a América. Después de dos años trabajando en la Universidade Lúrio, aprendiendo mucho, conociendo mucha gente y descubriendo facetas de mí que no conocía, he dado un pasito más en mi vida profesional. Dejo atrás a mucha gente con la que he compartido cosas maravillosas en Mozambique, dejo atrás la experiencia de mi vida, los cuatro años que me han hecho crecer y envejecer, pero que no cambiaría por nada del mundo. Ha sido un aprendizaje inolvidable y del que
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