Playas verdes, acantilados, cascadas y estrellas

Después del palizón de bucear, salí por la mañana en dirección al sur de la isla, entre campos infinitos de verde atravesados intermitentemente por flujos de lava antiguos y secos, lo que le da un aspecto multicolor al horizonte bien interesante.   Hacia el sur llegué a unas colinas desde donde pude apreciar el infinito del Océano Pacífico y los acantilados magmáticos donde revientan las olas. Allí se respiraba un aire puro que en nada se asemejaba a lo que te espera cuando aterrizas en Honolulú. Después de descansar un poco sintiendo el viento, proseguí hacia la famosa playa de Papakolea, conocida en el mundo entero por tener una arena de color verde (fenómeno que ocurre gracias a un mineral

Big Island, viendo crecer el mundo

Y salí volando hacia la Isla Grande de Hawái!! y sobrevolé alguna otra isla, y a lo lejos pude ver el gran volcán Puu Kukui de la isla de Maui, rodeado por nubes que me impidieron fotografiarlo en condiciones. Se me pasaba por la cabeza lo apartado que estaba del resto del mundo, y me planteaba cómo habrían podido llegar las primeras poblaciones hasta esta isla… un grupo de intrépidos navegantes en barcos rústicos y a la merced de los vientos y las olas.   El primer día solo llegué al hostal que tenía reservado en la ciudad de Kona, donde dormí plácidamente después de los duros días de trabajo en el Congreso. Ah, olvidaba decir que había alquilado un

En mitad de la inmensidad pacífica – Hawái

En 2016 tuve la suerte de poder participar en el Congreso Mundial de la Naturaleza de UICN, que se llevó a cabo en Honolulú, isla de Oahu, Hawái. ¿A quién no le suena la playa de Waikiki? ¿Acaso no es mundialmente famoso Pearl Harbor, sabíais que estaba en Hawái?   La ruta de vuelo de ida pasó por el Cañón del Colorado, o al menos eso creo, juzguen ustedes mismos con las fotos que logré sacar desde la ventanilla del avión… Después de los intensos días de congreso, con unas fabulosas vistas desde el hotel, pude aprovechar y quedarme unos días de vacaciones, donde no tuve tiempo de explorar demasiado, pero sí pude visitar dos islas y disfrutar de los

Parque Nacional Cotopaxi

Aunque llevo en Ecuador casi dos años, solo había podido disfrutar de las vistas del famoso volcán desde la carretera, y además el acceso al parque estuvo cortado un tiempo, pues estuvo humeando y amenazando unos meses.   En esta ocasión fuimos a pasear al Parque Nacional, subiendo al cerro Rumiñahui, desde donde se disfrutan unas bonitas vistas del coloso volcán Cotopaxi, de 5897 metros, el segundo más alto después del Chimborazo . No tuvimos mucha suerte, pues las nubes se anclaron a su punta y no nos dejaron verlo en todo su esplendor, pero igualmente hicimos un paseo bonito con unos amigos venezolanos.   Los caminos al parque son accesibles con todo tipo de vehículo, aunque la vía no está

Final del viaje, calor y costa

Para finalizar unas pocas fotos de lugares de los que ya he hablado en el blog previamente, y cuyas entradas se pueden ver en los siguientes links: – Guayaquil  – Refugio de Vida Silvestre Marino Costero Pacoche – Isla de la Plata – Isla Corazón y Fragatas– Reserva Ecológica Manglares Churute   Conseguís averiguar de dónde es cada foto?   En esta ocasión, en Guayaquil, fuimos al parque de las iguanas en un momento de muchísimo sol, y aquello estaba repleto de iguanas, es espectacular, ¡¡no sé cómo consiguen sobrevivir tantos de esos bichos en un espacio tan pequeño!!

Siguiendo la ruta de los andes

Emocionados después de la sorprendente visita a Cuyabeno, continuamos la ruta hacia la costa, pero poco a poco, con previas paradas en Baños de Agua Santa, Alausí y Cuenca. Aunque en otras ocasiones he subido fotos de Baños y de Cuenca, voy a subir por aquí algunas más en compañía de mis padres. En Baños, de nuevo, nos quedamos sin suerte y no pudimos ver el Tungurahua, que todavía se encuentra activo y que desde el columpio de la casa del árbol se debería ver. Sin embargo las malvadas nubes negras siempre se oponen entre él y yo. Otra vez será…  Hicimos la famosa visita al pailón del diablo y nos sorprendimos con la espectacular ofrenda visual que nos brinda la

Cuyabeno, amazonía ecuatoriana

Vinieron mis padres de visita a Ecuador. Ya muchos años sin que ellos pisasen Latinoamérica, estaban emocionados, y sobre todo, porque esta vez iban a visitar la selva amazónica. Entre las excursiones que organizamos, fuimos a la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno, en la triple frontera Ecuador-Perú-Colombia.   Salimos desde Quito en avión, pensando que podríamos sobrevolar un poco la zona amazónica del país (que aquí llaman “el oriente”), sin embargo llovía tanto que solo vimos un mar de nubes grises que se extendía hasta el horizonte. Aterrizamos en la ciudad de Lago Agrio (Nueva Loja), y no paraba de llover. Allí nos recogieron junto a otros turistas y nos llevaron por carretera, bajo una lluvia torrencial hasta el puente

En las entrañas de la tierra

Cerca de Bogotá, y aprovechando uno los múltiples viajes a esta gran ciudad, me di una escapadita de fin de semana hacia las famosas minas de sal de Zipaquirá. Me habían contado que en el interior de la mina habían tallado una gran iglesia, la llamada Catedral de Sal, primera maravilla de Colombia, lo cual me llamaba mucho la atención.   En realidad, aunque es bonito, al interior no hay tanto como “una catedral excavada en la roca” sino, más bien, el aprovechamiento de los túneles que se usaron para extraer sal, donde han colocado algunas tallas de cruces y en una de las salas principales, bancos, una cruz grande y alguna figura tallada en sal.   Es un lugar

Siguiendo los vestigios caucheros

Después de vivir la experiencia en las profundidades del Parque Estadual Chandless, regresamos hacia la ciudad de Sena Madureira, donde nos esperó Tiago, el administrador de la Reserva Extractivista Cazumbá Iracema, quien nos trató como reyes y nos llevó a visitar el área protegida. El desplazamiento hasta el Núcleo do Cazumbá es mucho más sencillo que hacia Chandless, navegando un par de horitas por río disfrutando del paisaje y contemplando a los habitantes de la zona cuando se cruzan. Además, en esta ocasión hizo sol y el paseo fue mucho más agradable. Esta reserva extractivista fue creada a petición de los propios habitantes de la zona, pues la presión ganadera en los alrededores estaba haciendo peligrar su medio de vida

Estado do Acre, Amazonia Brasileña

Desde Cobija, en Bolivia, puedes sentir el ambiente brasileño constantemente, estas ciudades fronterizas se separan del país vecino por el río Acre, y al otro lado, y con libre acceso, puedes entrar a Brasiléia o Epitaciolância, sendas ciudades brasileñas, que si bien, pegadas a Cobija, son completamente diferentes.   Cruzamos la frontera, donde si no te empeñas en hacerlo, el trámite migratorio no existiría, y nos subimos a un taxi rápido que nos propulsó por carreteras infinitas hasta la ciudad de Río Branco, capital del Estado de Acre. Desde allí, un conductor de la Secretaría del Medio Ambiente, nos llevó (ya de noche) por unas carreteras llenas de agujeros. El señor, ya entrado en años, manejaba tranquilamente y relajado, dando

Reserva de Vida Silvestre Amazónica Manuripi

Después de salir de La Paz, sobrevolando maravillosas montañas nevadas, y de ver las preciosidades andinas, el paisaje fue cambiando, tornándose cada vez menos montañoso y más verde; las nubes se acumulaban en (nunca mejor dicho) pequeños cúmulos, entre los cuales se comenzaron a asomar las serpientes rojizas del río Madre de Dios, estaba viendo desde el aire por primera vez la Reserva Manuripi, con la que debo trabajar durante los próximos años.   En la ciudad de Cobija me esperaba mi ya amigo Walter, director del área protegida, que junto con las consultoras que están trabajando para el proyecto, y Juan Carlos, técnico de la reserva, nos adentramos por tierra hacia las comunidades extractoras de castaña que allí habitan.

Parque Nacional Cotapata: montañas, horizontes y cascadas

Cerquita de La Paz, a un par de horas en minibus, esos minibuses bolivianos que ya empezaba a echar de menos, cuyos conductores escuchan música romántica y no sabes si están con resaca, se están durmiendo o simplemente cierran los ojos para concentrarse más en la conducción, se encuentra el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata. Un Parque Nacional no excesivamente grande, pero que se caracteriza por tener unas diferencias de nivel enormes (4.500 metros aprox.), por lo que puedes encontrar variados tipos de ecosistemas. Desde su pico más alto, el Illampu con 5519 metros hasta la zona baja, podemos encontrar nevados andinos, glaciares, praderas, páramos, bosque húmedo y yungas entre otros.   La carretera por la

Limoncocha, la laguna irreductible

Hacía tiempo que tenía ganas de conocer esta pequeña laguna de la Amazonía ecuatoriana. Se trata de una pequeña área protegida ubicada entre incontables pozos de petróleo. Apenas queda este pequeño reducto de bosque tropical acechado por las grandes empresas.   Un fin de semana que se presentaba bastante aburrido, decidí coger el coche y pegarme un viaje de 7 horas ida y siete horas vuelta, por lo que pasé más tiempo en carretera que visitando el área. Sin embargo ese sábado fue especial, resulta que el centro de investigación del SEK que está en las instalaciones de la reserva, estaba dando unas capacitaciones a guardaparques de Limoncocha y otras áreas protegidas de la provincia. Así que me colé, asistí

Meteora, monasterios colgados y vida más allá de las nubes

El viejito del hotel de Delfos nos dijo “cuando estén llegando a Kalambaka, dense un momento para parar el coche y mirar al frente. No olviden llegar antes de que anochezca”. Sin embargo nos fue imposible contemplar las vistas montañosas de las que todo el mundo hablaba. Después de haber visto en el mismo día Delfos y Osios Loukás, llegamos hasta Kalambaka de noche y bastante cansados. Encontramos el hotel y nos fuimos a dormir. El hotel, Monastiri Guesthouse, merece mención en el blog, pues la señora que atiende lo hace con todo el corazón, las habitaciones son simplemente insuperables y el desayuno es fantástico y recién hecho. Por la mañana abrimos el balcón de la habitación y allí estaba,

La ruta UNESCO desde el Peloponeso a la Grecia continental

Desde Esparta nos dirigimos hacia el norte, en ruta hacia Olympia, donde pudimos vanagloriarnos con la visita a una de las ruinas mejor conservadas de la Grecia antigua. Como siempre, y a fuerza de imaginar, interpretar mapas y leer las indicaciones, pudimos descubrir poco a poco cada uno de los restos que existen de esta ciudad. Aquí se celebraron los primeros juegos olímpicos, y muestra de ello son algunos de los espacios destinados a esto que aún se pueden contemplar. Y aquí también se encontraba una de las siete maravillas del mundo, la estatua de Zeus (tallada en oro y marfil) y situada dentro del templo homólogo. Efectivamente, esta fue saqueada y no quedan ni los restos, pero sí pudimos