Maquipucuna, la reserva de los osos

Durante los meses de diciembre y enero, en la Reserva de Maquipucuna (una reserva privada en la zona de Nanegal, que sorprendentemente sigue siendo parte de Quito) suelen frecuentar muchos individuos de oso de anteojos, el único oso sudamericano y en estado vulnerable de conservación.   Se acerca a esta zona porque hay una gran cantidad de aguacatillo, un árbol que produce una de sus frutas favoritas. Es un animal huidizo y difícil de ver, sin embargo tuvimos la suerte de encontrarlo a unos pocos metros de distancia. Esta experiencia es única y ocurre a un par de horas de coche de casa.   El paseo fue agradable, pero este fue uno de los últimos avistamientos de oso de la

Zaruma, olor a café, minería y casas de colores

Desde que llegué a Quito aprendí que el café de Zaruma tenía algo especial. Lo que nunca habría imaginado es que este pequeño pueblo parado en el tiempo se escondía en lo alto de una montaña nublada, que sus casas estaban hechas de madera pintada en colores y que debajo de esta montaña hubiese miles de agujeros de la extracción minera.   En el camino entre Loja y Zaruma pasamos por la Basílica de El Cisne, perdida entre las montañas y donde según cuenta la leyenda, una señora que solía acompañar en sus labores a una pastora indígena un día le prometió (antes de desaparecer) que si le hacían una escultura con su figura, nunca más habría sequía. Desde entonces,

Longevidad turística en Vilcabamba

Desde Zamora rodeamos el Parque Nacional Podocarpus hasta llegar a la entrada cercana a la zona de Vilcabamba. El ecosistema aquí ya no es amazónico, es un bosque andino al que estamos más acostumbrados, sin embargo, la belleza de los paisajes y los caminos que se recorren, es abrumadora. Paseamos un rato por el parque y después fuimos a visitar Vilcabamba, característico por las preciosas montañas que le rodean y la teórica longevidad de sus habitantes. En realidad, esperábamos ver a los famosos viejitos de este pueblo, y lo que nos encontramos fue miles de turistas (o residentes) extranjeros que se instalaron aquí por las propiedades de longevidad que se promocionan. Tan alto es el número de extranjeros que hasta

Troncal Amazónica: Macas – Zamora

Después de celebrar la nochebuena con la familia de Vero, emprendimos nuestro viaje hacia Macas, en la región amazónica del Ecuador. Hicimos noche en Riobamba porque nos comentaron que el paso desde esta ciudad hasta Macas era espectacular. Se atraviesa por el Parque Nacional Sangay y se rodean diversos complejos de lagunas. Para nuestra suerte no paró de llover desde el minuto 1 hasta que llegamos a la ciudad de Macas.   Al menos allí sí pudimos pasear un poco por la ciudad, que tampoco es que tenga mucho más que otras de las pequeñas ciudades amazónicas del Ecuador. Situada a orillas del río Upano, se debe reconocer que es una ciudad mucho más ordenada que el resto de las

Valle del Chota – Tren de la Libertad

En diciembre, para la salida de navidad organizada por la oficina, nos llevaron a hacer la ruta del “Tren de la Libertad”, una de las diversas rutas de trenes turísticos que tiene este país. La salida se hace desde la ciudad de Ibarra y recorre las escarpadas montañas de los andes repletas de cultivos, dando la característica imagen de las montañas ecuatorianas, todas divididas en sus parcelitas agrícolas.   Lo interesante de esta ruta es que te lleva hasta el pueblo de Salinas, en el Valle del Chota, zona de producción de caña y algodón, que antaño fue explotada por los jesuitas en el siglo XVII, y que al encontrarse en una zona baja y rodeada de montañas, tiene un

Isabela, tintoreras, túneles y tantas cosas

Tras la escala en Santa Cruz, salimos hacia la Isla de Isabela. La llegada fue medio desconcertante, pues existe un caos generalizado en el puerto y te cobran una tasa por entrar, cosa que en las otras islas no pasa. Entre el caos y la polvareda de las calles sin asfaltar acabamos subidos a una chiva (creo que aún no había hablado de las chivas en este blog; son unos camiones habilitados para que la gente se siente y pasee, donde suelen poner música, y en ciudades como Quito o Guayaquil, se convierten en puras discotecas móviles). En nuestro caso, la chiva era solo para llevarnos hasta el hotel, sin música, sin bebida y sin locura. Todo el pueblo de

Lobos de mar, la pereza hecha animal

El día siguiente, después de una intensa jornada de buceo, fuimos a pasear un poco por San Cristóbal antes de viajar de nuevo hacia Santa Cruz en la tarde, donde a la mañana siguiente tomaríamos otra lancha hasta la isla de Isabela.   Visitamos primero la playa Punta Carola, llena de lobos de mar echados por todas partes en familia, rebozándose en la arena, bostezando y disfrutando del sol luciendo su sobrepeso. Sin embargo, todas las guías decían que la playa interesante de San Cristóbal era la playa de La Lobería, a donde nos desplazamos después y para nuestra sorpresa, había muchos menos lobos de mar que en la primera. Parece que hace unos años hubo una gran matanza furtiva

Buceando en León Dormido

El tercer día nos fuimos hasta la isla de San Cristobal, en una de las lanchas que sale cada día a las 7:30 de la mañana. Habíamos contratado (Espe y yo) un tour para visitar la playa Cerro Brujo, donde los lobos marinos descansan tranquilamente echados en la arena. Después, nos llevaron hasta León Dormido, un gran grupo de peñas en medio del mar con mucha profundidad, entre las cuales se crean corrientes y es habitual ver todo tipo de animales, entre ellos el famoso tiburón martillo. Pudimos bucear aquí y alucinar con toda la cantidad de vida en las inmediaciones de estas rocas. En esta ocasión, aunque vimos infinito número de especies animales nadando en este lugar, no pudimos

Iguanas nadadoras y pinzones curiosos

El segundo día, ya instalados en Puerto Ayora, salimos temprano para visitar la famosa playa de Tortuga Bay.   Puerto Ayora es la capital de la isla Santa Cruz, una ciudad pequeña, y sin embargo mucho más caótica y desordenada de lo que me habría imaginado. Cuando viajas hacia Galápagos, las expectativas son la paz y la tranquilidad, y uno se imagina hermosos lugares poblados de pausados habitantes que viven en armonía con la naturaleza. En contraposición a esta imagen idílica uno se encuentra un sector turístico completamente desordenado donde todos compiten a ver quién saca más dinero; múltiples coches y camiones soltando humo y haciendo ruido, junto con restaurante improvisados y gente insistiéndote para entrar en ellos. Todo esto,

Una semana en Galápagos!!

¿No os estabais preguntando por qué llevo dos años en Ecuador y aún no había visitado las Islas Galápagos?   Bueno, primero, es un destino caro, y segundo, hacen falta unos cuantos días para que la visita a las islas valga la pena. Así que aprovechando tres días seguidos que fueron festivos en diciembre, que junto a un fin de semana y dos días de vacaciones que me cogí, logramos hacer una semana completa sin trabajar. Además, residir en Ecuador tiene sus ventajas, pues los billetes de avión son más baratos y la entrada al parque nacional también lo es. Los turistas pagan 100 dólares por el ingreso, y los ecuatorianos y residentes, creo que pagamos 10… todo son ventajas!!

Cambio de guardia en Carondelet // Basílica del voto nacional

Hace tiempo que me habían recomendado asistir a un cambio de guardia del palacio presidencial o palacio de Carondelet, sin embargo al ser un día entre semana, es bastante complicado organizarse (y tener el día libre). Finalmente tuvimos la oportunidad de asistir un lunes a este bonito evento, bastante más concurrido de lo que habría imaginado.   Llegamos pronto y nos posicionamos bien, justo detrás del grupo de veteranos de la guerra del Cenepa, que ocurrió entre Ecuador y Perú durante un par de meses de 1995 y acabó por delimitar formalmente la frontera que llevaba tiempo en disputa.   Después de un sol abrasador, comenzaron a sonar las cornetas y los guardias de las puertas comenzaron a moverse, iniciando

Floresta Nacional de Ipanema

Por una visita con los colegas del Instituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade (ICMBio) donde fuimos a visitar la fabulosa academia de formación de administradores de áreas protegidas de Brasil (ACADEBio), pude disfrutar de un bonito paseo por la importante para la conservación y también histórica “Floresta Nacional de Ipanema”. Según los indígenas, la palabra Ipanema significa “agua mala, sucia, no apta para el nado o la pesca”. Seguramente esta definición tiene que ver con las grandes cantidades de hierro que esconden las rocas existentes en esta gran mancha de Mata Atlántica, uno de los ecosistemas más amenazados del mundo. Después del descubrimiento de estas cantidades inmensas de hierro, la corona de Portugal, a manos del Rey Don Juan

Brasilia, la modernidad desmejorada

¿Cuánta gente cree que la capital de Brasil es São Paulo o Rio de Janeiro? Esta mole de cemento en mitad del ecosistema de cerrado en el centro del país nos enseña cómo la planificación urbana influye en la vida de las personas. Esta gran ciudad fue diseñada desde la nada en 1956 e ideada por Lúcio Costa y Oscar Niemeyer, bajo el mandato del presidente Kubitschek, que dio todo el apoyo económico necesario. La tendencia socialista de la época diseñó este monstruo con orientaciones hacia la arquitectura y la planificación urbana comunistas, pero con un toque futurista bastante interesante. En esta ciudad existen bloques hoteleros, donde se encuentra todo el sector turístico, bloques residenciales con sus zonas comerciales al lado, bloques

Boston lobster…

El último sábado, antes de regresar a Quito el domingo, viajamos con la familia de Vero en coche hasta Boston. Fue un viaje interesante donde pude apreciar el curioso ordenamiento residencial de esta zona de los Estados Unidos. Zonas residenciales rodeadas de pequeños fragmentos de bosque, los cuales parecen estar mínimamente conectados, conformando así una red ecológica estrecha pero que al menos permite la movilidad de las especies. Ahora entiendo por qué en las películas siempre les aparecen venados, mapaches y hasta osos en ciertas zonas del país. Aunque no lo parezca, el sentido de urbanización es más o menos armónico.   Llegados a Boston paseamos por el Quincy Market, un complejo del siglo XIX, que aunque antiguamente sí cumplía

District of Columbia

Aprovechando la cercanía y la motivación de estar por primera vez en estas tierras, compramos un ticket de bus para ir hasta Washington DC. Resulta que usamos un buscador cualquiera y acabamos comprando un bus chino que te lleva de un China Town a otro. A las 6 de la mañana nos encontrábamos en mitad de una calle oscura en la que solo pasaban los camiones de la basura y no había ninguna agencia de buses abierta. Lo único que nos hizo cerciorarnos de que estábamos bien eran dos viejitos esperando con su equipaje… Media hora después fueron apareciendo más pasajeros y finalmente abrieron una reja que teníamos a nuestra espalda y apareció una mugrienta estación, donde nos revisaron los