Después de tres años haciendo averiguaciones para ir a este famoso lugar natural ecuatoriano, hallamos la manera de acercarnos sin tener que hospedarnos en uno de los desproporcionados e inaccesibles lodges que existen en el parque. Es una de las visitas a limoncocha, conocimos a Freddy, líder comunitario Kichwa que nos dijo que existían unas cabañas comunitarias donde hospedarse al otro lado del río Napo, que sirve de frontera natural del Yasuní. Después de negociar un viaje de tres días y dos noches, nos adentramos río abajo, con Pablo como barquero y guía al cargo, hasta llegar a la altura del parque. El río Napo es una verdadera autopista por donde pasan todo tipo de barcos gigantescos, entre ellos
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En 2009 visité por primera vez Brasil, y por aquel entonces llegué en barco desde Perú, haciendo parada en la isla de Santa Rosa de Yavarí (Perú) y entrando por Tabatinga hacia Brasil, prosiguiendo mi camino hacia Manaos. En este punto se juntan tres países amazónicos, Perú (Santa Rosa), Brasil (Tabatinga) y Colombia (Leticia), y en esa ocasión no hubo tiempo de pasar hacia Colombia ni por un ratito. Ocho años después, y con unos años de viajes en la espalda, he tenido la oportunidad de visitar Leticia, el punto que me faltaba para haber puesto el pie en los tres países de esta bonita triple frontera aislada del mundo. Llegando a esta ciudad desconectada del país y metida en
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Montse, mi compañera de trabajo y casa en Mecúfi, vino a visitarme junto con Martina durante una semana. La verdad es que tuvieron muy mala suerte, pues se pasó toda la semana lloviendo y tan nublado que ni el Pichincha podía verse desde Quito. El clima de este año en Quito ha sido terrorífico, veamos qué nos depara 2018… Aprovechamos para irnos hacia el Puyo, específicamente a la comunidad Kichwa de Canelos, donde nos quedamos en un bonito lodge perdido en mitad de la nada; el Huella Verde Eco-Lodge. Allí pudimos dar unos paseos por la selva y relajarnos con el sonido de los animalitos ocultos de la Amazonía ecuatoriana. Al día siguiente dimos un paseo hasta los Laberintos del
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Después de celebrar la nochebuena con la familia de Vero, emprendimos nuestro viaje hacia Macas, en la región amazónica del Ecuador. Hicimos noche en Riobamba porque nos comentaron que el paso desde esta ciudad hasta Macas era espectacular. Se atraviesa por el Parque Nacional Sangay y se rodean diversos complejos de lagunas. Para nuestra suerte no paró de llover desde el minuto 1 hasta que llegamos a la ciudad de Macas. Al menos allí sí pudimos pasear un poco por la ciudad, que tampoco es que tenga mucho más que otras de las pequeñas ciudades amazónicas del Ecuador. Situada a orillas del río Upano, se debe reconocer que es una ciudad mucho más ordenada que el resto de las
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Vinieron mis padres de visita a Ecuador. Ya muchos años sin que ellos pisasen Latinoamérica, estaban emocionados, y sobre todo, porque esta vez iban a visitar la selva amazónica. Entre las excursiones que organizamos, fuimos a la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno, en la triple frontera Ecuador-Perú-Colombia. Salimos desde Quito en avión, pensando que podríamos sobrevolar un poco la zona amazónica del país (que aquí llaman “el oriente”), sin embargo llovía tanto que solo vimos un mar de nubes grises que se extendía hasta el horizonte. Aterrizamos en la ciudad de Lago Agrio (Nueva Loja), y no paraba de llover. Allí nos recogieron junto a otros turistas y nos llevaron por carretera, bajo una lluvia torrencial hasta el puente
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Existe un río, un río grande, que abastece otro río más grande aún, un río que da vida a una región gigante, tan grande que no puedes imaginarla dentro de tu cabeza. Y en esa región hay tanta vida, tanta, que podrías intentar entender las relaciones existentes entre cada uno de los seres vivos que allí habitan y podrías morir de viejo sin haber comprendido ni una décima parte de los procesos que allí ocurren. Ese río grande se llama Putumayo, uno de los múltiples ríos que abastecen al río amazonas y que forman la cuenca amazónica. Una maravilla de la naturaleza y que cada vez se encuentra más amenazada por presiones antrópicas. Yo tengo la suerte de estar
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Tuve la suerte de participar en un evento en Manaus, Brasil, hace unos meses. Si recuerdan, yo ya pasé por aquí hace unos años, atravesando ríos hasta esta curiosa ciudad amazónica, donde visité la hermosa ópera colonial y paseé por su paseo marítimo. Esta vez navegamos por el Río Negro y visitamos algunas de las aldeas afincadas a sus orillas del Parque Nacional de Anavilhanas, con categoría de uso sostenible. Pudimos visitar una comunidad que se dedica al cultivo de mandioca (yuca) y a la producción de farofa, una especie de harina de mandioca tostada que se echa para aderezar las comidas. También pasamos por un lugar terriblemente hortera donde los turistas (principalmente nacionales) se dedican a meterse
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El Oriente, así es como llaman en Ecuador a todo lo que queda del lado Este de la cordillera de los Andes. El Oriente o Amazonía en la mayoría de los casos, pues según bajas la montaña te vas adentrando en bosques húmedos tropicales y riachuelos que desembocan en su mayoría en el inmenso Amazonas. Cuando llegué a Ecuador escuché rumores de que mi profesor de biología marina en la universidad, estaba por aquí. Pocos profesores son los que se recuerdan, y este fue especial. Juan Junoy; con él podías aprender a la vez que te reías; con él pudimos viajar a Galicia durante una semana, suponiendo esta la mayor salida de campo de toda la carrera, y con
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Llegamos a Manaus, ilusionados, esperando continuar nuestro viaje hasta el sur, a Porto Velho y de ahí a Bolivia. En todos los mapas que consulté aparecía dibujada una carretera de Manaus a Porto Velho, y miré muchos mapas y muchas páginas web, pero qué es lo que pasa cuando llegas aquí?? Te dicen que esa carretera ya no hay buses que quieran hacerla porque está muy deteriorada, y claro, es normal, porque a quién se le ocurre hacer una carretera que cruce toda la Amazonía?? hay que estar loco. Tras unos primeros momentos de bajón y de indecisión bajo la lluvia torrencial correspondiente a estas fechas en la selva, decidimos mirar vuelos. Al final hemos encontrado uno barato para el
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Estamos en Brasil, más concretamente en Manaus, capital de la amazonía brasilenha, antigua colonia de explotación del caucho. Tras dos noches de barco hasta la triple frontera, llegamos a Tabatinga, desde donde, por suerte, conseguimos un barco el mismo día hasta Manaus, en el que pasamos otras tres noches en hamacas… Informo a lectores anónimos, que la migración de Tabatinga está lejos del puerto, que los barcos brasileños son mil veces mejores, con límite de pasajeros, con baños limpios y comida mejor y en más cantidad. Los cajeros automáticos de Tabatinga tienen unas colas impresionantes y estuvimos un buen rato aprendiendo a utilizarlos, porque hay que meter y sacar la tarjeta varias veces. Casi perdemos el barco con la tontería
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Escribo desde la ciudad más grande del mundo sin acceso terrestre. Hemos sobrevivido al primer barco, y ya estamos instalados aquí antes de tomar el segundo barco hasta la triple frontera con brasil y colombia y de ahi hasta Manaus, capital brasileña de la amazonía, pulmón del mundo. Hemos dormido en hamacas, hemos vivido lo equivalente al Titanic en sudamérica, había clase alta y clase baja. Los de la clase alta iban en el piso de arriba y tenían unos pequeños camarotes, no tenían que esperar cola para comer ni para ir al baño. Nosotros, como buenos mochileros nos hemos difuminado entre los pasajeros de la clase baja, hemos esperado nuestras buenas colas para comer, hemos tenido que sortear mil
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Chachapoyas, ese lugar de peculiar nombre en el que no esperábamos encontrar demasiado, resultó ser un pequeño pueblo rodeado de espectaculares restos pre-incas. Mucho que ver y demasiado poco tiempo, pero bueno, vimos lo imprescindible. Tomamos un tour con guía y a mitad de camino reventamos rueda, el gato de la furgoneta estaba estropeado y paramos a un coche, en el que casualmente viajaba el presidente de la región, que amablemente nos prestó su gato y nos dio la mano a todos. Votaremos por él en las siguientes elecciones, seguro. Las enormes ruinas que Kuélap, de la cultura chachapoya, que significa “hombre de los bosques”. Es una ciudad más grande que Machu Picchu, o al menos creo que es más
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