Fecha: del 31 de julio al 22 de agosto de 2021 Lo primero que hicimos este día fue conducir hasta Oviedo, donde buscamos un parking y nos plantamos en pleno centro de la ciudad. Como el tiempo apremia y no disponíamos más que de una mañana porque habíamos quedado para comer con Marcos en la costa, decidimos unirnos a uno de los muchos free tour que salen desde la plaza de la Catedral. Allí, al pie de la estatua que representa a Ana Ozores, también conocida como “La Regenta”, estuvimos esperando a que el grupo se consolidase para salir a pasear y conocer Vetusta. Este es el sobrenombre que Leopoldo Alas “Clarín” le dio a la ciudad de Oviedo para
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Fecha: del 31 de julio al 22 de agosto de 2021 El segundo día dejamos a Mario disfrutar de su familia mientras Vero y yo nos fuimos a pasear por Gijón y Avilés. En la ciudad de Gigón, una de mis favoritas de toda la península, hicimos un free tour para que nos paseasen y contasen un poco la historia del barrio pescador de Cimadevilla. Partimos desde la Plazuela del Marqués, con su característica estatua de homenaje a Don Pelayo, al que, en tiempos de pandemia, le habían plantado una mascarilla. La primera parada fue en los restos de la muralla romana, que defendía durante el siglo III la ciudad de Gigia. Muy cerca se sitúa la casa natal de
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Fecha: del 31 de julio al 22 de agosto de 2021 Llegó el verano, y después de aproximadamente 7 años sin pisar España durante el periodo estival, decidimos que 2021 sería un buen momento para hacerlo. Vacaciones en pleno agosto, no recordaba que la masificación fuese algo tan arraigado en mi país. El calor es imposible de olvidar. El periplo, como siempre, inició en el epicentro de mi vida, Madrid, desde donde nos dirigimos en el coche (prestado) de mis padres hacia Asturias, más específicamente hasta Langreo, corazón de la cuenca minera. No pudimos tener mejor compañía, pues Mario fue nuestro guía y nuestro anfitrión, hospedándonos en casa de su encantadora familia. Desde aquí comenzaba este viaje de aproximadamente 20
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Después de recorrernos media península yendo y viniendo y subiendo y bajando por los pueblos más recónditos, llegamos a Cuenca, ciudad homónima a la ecuatoriana y que yo quería que Vero conociese. Nos despertamos un 24 de diciembre con un frío abrumador y echamos a caminar por las cuestas de esta bonita ciudad. Paseamos a orillas del río Huécar hasta llegar al puente San Pablo, desde donde se puede disfrutar de la pintoresca vista de las casas colgadas. Se trata de los vestigios de lo que eran las viviendas habituales del centro de la ciudad, de las que hay constancia desde el siglo XV. Actualmente quedan solo unos balcones voladizos en una esquina del casco antiguo. Paseamos un poco más
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Como adelantaba en la entrada anterior, llegamos a Jaén por la noche, y allí nos encontramos con mi amigo Luis, al que llevaba unos 10 años sin ver aproximadamente. Fue un encuentro formidable, como si no hubiese pasado el tiempo, y nos llevó por las calles del Jaén histórico, donde sus amigos estaban pidiendo el aguinaldo vestidos de tuna y paseando al auténtico burrito sabanero, que en este caso no va camino de Belén, sino de Jaén! Conocimos los bares de cañas más míticos de la noche jienense, comimos las mejores tapas y paseamos por múltiples rincones. Además tuvimos mucha suerte, porque la catedral estaba abierta de noche (y con entrada gratuita) debido a que se celebraba el concierto de la
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Desde Albaricoques nos dirigimos hasta Mojácar, previo paso por Sorbas, un pequeño pueblo al borde de un acantilado, famoso por las formaciones kársticas y cuevas producidas por la erosión del río Aguas. Tratamos de ir pero era necesario contratar una excursión y no se puede entrar cuando a uno le plazca, así que nos quedamos sin verlas. Sin embargo sí pudimos disfrutar de un paseo por los múltiples miradores del pueblo y de su mercadillo ambulante. Más adelante, llegamos hasta Mojácar, pueblo blanco blanquísimo, enclavado en lo alto de una montaña y que ha sido poblado por las múltiples culturas que han pasado por la península. Fue uno de los puntos más asediados en la reconquista y rendición clave para
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Por la mañana temprano salimos desde Almería paralelos al Mediterráneo hasta llegar al centro de interpretación de las Amoladeras, donde nos facilitaron un mapa y nos explicaron sobre los diferentes atractivos del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, un lugar precioso y controvertido, donde día tras día luchan la conservación y el turismo descontrolado. En los alrededores del centro de interpretación nos encontramos con un paraje de agaves florecidos espectacular. Desde allí nos fuimos adentrando hacia San Miguel de Cabo de Gata, previa parada en los miradores de las salinas características de esta zona, donde habitan los flamencos y cientos de otras aves. Abundan también los birdwatchers ingleses con sus telescopios y prismáticos que siempre ayudan en la localización de
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Ya llegábamos al ecuador de nuestro viaje, pero aún faltaban, en el camino por recorrer, lugares tan espectaculares como los ya visitados y dejados atrás. La primera parada en esa mañana soleada fue el pueblo de Guadix, enclavado en las estribaciones de Sierra Nevada, con una catedral preciosa y miles de casitas de teja rodeándola. Subimos hasta lo alto de un mirador para contemplar el pueblo y las montañas nevadas al fondo. Seguimos rodeando el Parque Nacional de Sierra Nevada y decidimos internarnos un poco hacia uno de los pueblos que forman parte de este área protegida; Abrucena. Un pueblo pequeño, enclavado en la montaña y con unas callejuelas tan estrechas que casi no conseguimos darle la vuelta al coche.
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Después de tanto tiempo sin visitar esta fantástica ciudad, llegamos a Granada. Ahí estaba, tal y como la dejé, demostrando que los años no pasan por ella y que sigue siendo tan fresca como cuando bajaba al menos tres veces al año desde Madrid. Llegamos por la noche, y como no podía ser de otra manera, salimos a cenar mientras paseábamos de bar en bar tomando cañas por la calle Elvira y alrededores. Ojalá pudiese uno encontrar estas maravillas ibéricas en otras tierras del mundo… Por la mañana subimos hasta la Alhambra, donde visitamos con una sonrisa en la cara todos los recobecos y miradores que uno puede encontrarse en este palacio que ha sobrevivido tantas épocas. Sin
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Salimos desde Córdoba en dirección a Granada, pero en el camino teníamos muchos lugares que visitar. La primera parada fue en el pequeño pueblo de Casabermeja; un pueblo prácticamente fantasma. Paseamos por sus callejuelas desiertas, rodeamos la iglesia, que estaba cerrada y de repente, cuando ya estábamos a punto de irnos, empezamos a escuchar voces, tumulto, risas… giramos en una esquina y nos encontramos con el centro del jubilado, donde la mayoría de los residentes del pueblo disfrutaban sentados tomando el sol y conversando. Aquí pudimos darnos cuenta en primera persona del famoso envejecimiento de la población rural, donde la mayoría de las personas en edad laboral se han marchado a las grandes ciudades o capitales de provincia. Los viejitos
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Desde Málaga, previo desayuno exprés con Virginia y Darío, viejos conocidos de El Salvador y que han sido papás, nos dirigimos hacia Antequera, donde se encuentra el paraje natural de El Torcal, unas formaciones calizas moldeadas por agentes meteorológicos que forman un paisaje kárstico surrealista y precioso. El día fue muy soleado, y aunque frío, permitió disfrutar del paisaje en todo su esplendor. Las carreteras secundarias de montaña que llevan hasta este lugar van mostrando paisajes constantes y tientan a pararse a tomar fotos cada 200 metros. Desde allí bajamos para adentrarnos en el pueblo de Antequera propiamente dicho, donde aprovechamos para pasear y tomarnos unas cañas de media mañana acompañadas de un delicioso mollete relleno. En lo alto, como casi siempre,
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Llegamos por la noche hasta Sevilla, donde nos encontramos con Ana, una de las amigas que me acompañó en el viaje allá por 2009 donde conocí Machu Picchu y navegué por primera vez el río Amazonas. Pudimos salir un poco y tomar unas tapas en uno de los bares más clásicos del centro sevillano, El Rinconcillo, fundado en 1670, y donde todavía siguen haciéndote la cuenta en tiza sobre la barra. El ambiente nocturno del centro de la capital andaluza es una de las cosas que hacen que esta ciudad sea tan especial. A la mañana siguiente, después de hacer visitar por la zona de la Cartuja a mi amigo Jesús, paseamos por la Torre del Oro, la espectacular
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Madrugamos para hacer el tour por el parque. Yo recordaba haber ido con unos 12 años en octavo de EGB y nos subieron a unos pequeños autobuses 4×4 que nos metían por las dunas, una aventura total que esperaba repetir. Sin embargo, cuando me puse a averiguar los tours que había, me encontré con que había cientos de operadoras que se llaman de forma semejante y con información confusa. Finalmente opté por una en la que entendía que veríamos las marismas y también las dunas. Cuando salimos nos explicaron que esa ruta no visitaba las dunas y que se metía solamente por las marismas y los bosques de pino. Adicionalmente, la van no era de las que yo recordaba, era
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Después de descansar muy bien y disfrutar de un hotel con calefacción en Cáceres, salimos a pasear para ver el casco histórico durante el día. Nos despertamos muy temprano porque esta era la jornada más larga del viaje. Las luces estaban empezando a aparecer a esas horas de la mañana, y ver cómo trepa el sol a lo largo de las fachadas de piedra de este bonito centro histórico es una cosa divina. Desayunamos en la plaza, recorrimos las callejuelas y concluimos nuestra visita en el Museo de Cáceres, donde se encuentra el aljibe andalusí, construido en la época musulmana de la península, allá por los siglos X u XI. Nos dirigimos ahora hacia Guadalupe, pequeño pueblo que fue condecorado
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A partir de esta entrada pasaré un tiempo narrando y enseñando los lugares que visitamos Vero y yo en diciembre de 2017. Yo llevaba dos años sin volver a España, y ya tocaba, pero también había que combinar la familia y amigos con recorrer y explorar la patria de uno. En ocasiones parece que se conoce más el extranjero que lo propio, así que ya era hora de ponerse al día con los pueblitos y lugares recónditos de esta preciosa Península Ibérica. Llegamos el 7 a Madrid, donde mi querida madre nos esperaba con un cocido de los que tienen después una siesta obligatoria. Estuvimos charlando toda la tarde y disfrutando del reencuentro con mis padres y mi hermano. Al
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