Hice noche en la pequeña ciudad de Foz do Iguaçu, donde diversos turistas recorrían las calles principales en busca de picanhas, caipirinhas y cervezas bem geladas. El calor pegaba duro, y aunque me había imaginado una suerte de pueblo turístico repleto, me sorprendió que finalmente no eran tantos. Madrugué y cogí un autobús hasta la entrada al Parque Nacional do Iguaçu, donde, ahí sí, cientos o miles de extranjeros se abalanzaban sobre las taquillas para comprar sus boletos. Cientos de diversas actividades son ofrecidas y uno se queda aturdido ante tanta opción. Averigüé que en el interior también se podían comprar tickets, por lo que finalmente decidí comprar la entrada sencilla y pensar en las otras actividades durante el camino.
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Me avisaron en Puerto Quijarro (BO), que desde muy temprano se acumulan las personas en la frontera queriendo pasar hacia Brasil. Aunque la migración no abría hasta las 8:00, recomendaban estar allí un par de horas antes. Llegué a las 6:30 y ya había delante de mí unas 20 personas, y a las 8:00, la fila de gente que se acumulaba detrás de mí, ya era incontable. Todo tipo de personas se agolpaban en esta migración, pero los que más llamaban la atención (a parte de mí), los menonitas. Esta gente se instaló en Sudamérica a inicios del siglo XX, y mantienen unas tradiciones fundamentalistas cristianas basadas en el pacifismo. Su origen se encuentra en Holanda, allá por el siglo
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En octubre fui invitado a participar en el III Encuentro Latinoamericano de Áreas Protegidas e Inclusión Social, que se llevó a cabo en Niterói, una pequeña ciudad anexa a Rio de Janeiro, separada de esta por un puente. Esta oportunidad fue única, no solo por poder participar en este importante evento, sino por poder visitar la fabulosa ciudad de Rio de Janeiro. Desde el hotel en Niterói se podía ver la ciudad de Rio, con sus montañas y su cristo redentor en lo alto. Durante todos los días del evento, el clima fue espectacular, pero tuve tan mala suerte que los dos días que me quedé de turista por Rio, se nubló, y apenas pude hacer fotos decentes desde
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Mi último viaje a la triple frontera entre Brasil, Bolivia y Perú fue más bien una despedida. Sabiendo que era mi última aproximación a este bonito paisaje traté de aprovechar el tiempo todo lo que pude, por lo que me fui a visitar el histórico pueblo de Xapurí en Acre (Brasil), lugar donde sucedió la historia del famosísimo Chico Mendes, su lucha para proteger la naturaleza y mantener el sustento de los miles de caucheros que vivían de los bosques. Las empresas ganaderas y agrícolas, tras la caída del valor del caucho, comenzaron a deforestar la zona, poniendo en peligro no estos ecosistemas amazónicos, sino también la vida de todas estas personas. Esta historia es larga, y es triste, y
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En Mayo, y aprovechando un taller que se realizaba en la ciudad de São Paulo, pude dedicar un día a pasear por sus alrededores. Se trata de una ciudad impresionante, con un centro histórico que me recordó bastante al de Madrid, con sus edificios monumentales y avenidas grandes atravesadas por mínimas callejuelas. Mi plan de visita fue totalmente improvisado, buscando en google los principales monumentos del centro y lugares visitables por la zona. Fui marcándome puntos en el mapa y caminando uno detrás de otro. Inicié temprano en la mañana, y al ser domingo, las calles estaban desérticas, solo podías ver por las esquinas pequeños bultos de mantas, de donde, según iba entrando la mañana, se iban desperezando personas
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Por una visita con los colegas del Instituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade (ICMBio) donde fuimos a visitar la fabulosa academia de formación de administradores de áreas protegidas de Brasil (ACADEBio), pude disfrutar de un bonito paseo por la importante para la conservación y también histórica “Floresta Nacional de Ipanema”. Según los indígenas, la palabra Ipanema significa “agua mala, sucia, no apta para el nado o la pesca”. Seguramente esta definición tiene que ver con las grandes cantidades de hierro que esconden las rocas existentes en esta gran mancha de Mata Atlántica, uno de los ecosistemas más amenazados del mundo. Después del descubrimiento de estas cantidades inmensas de hierro, la corona de Portugal, a manos del Rey Don Juan
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¿Cuánta gente cree que la capital de Brasil es São Paulo o Rio de Janeiro? Esta mole de cemento en mitad del ecosistema de cerrado en el centro del país nos enseña cómo la planificación urbana influye en la vida de las personas. Esta gran ciudad fue diseñada desde la nada en 1956 e ideada por Lúcio Costa y Oscar Niemeyer, bajo el mandato del presidente Kubitschek, que dio todo el apoyo económico necesario. La tendencia socialista de la época diseñó este monstruo con orientaciones hacia la arquitectura y la planificación urbana comunistas, pero con un toque futurista bastante interesante. En esta ciudad existen bloques hoteleros, donde se encuentra todo el sector turístico, bloques residenciales con sus zonas comerciales al lado, bloques
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Después de vivir la experiencia en las profundidades del Parque Estadual Chandless, regresamos hacia la ciudad de Sena Madureira, donde nos esperó Tiago, el administrador de la Reserva Extractivista Cazumbá Iracema, quien nos trató como reyes y nos llevó a visitar el área protegida. El desplazamiento hasta el Núcleo do Cazumbá es mucho más sencillo que hacia Chandless, navegando un par de horitas por río disfrutando del paisaje y contemplando a los habitantes de la zona cuando se cruzan. Además, en esta ocasión hizo sol y el paseo fue mucho más agradable. Esta reserva extractivista fue creada a petición de los propios habitantes de la zona, pues la presión ganadera en los alrededores estaba haciendo peligrar su medio de vida
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Desde Cobija, en Bolivia, puedes sentir el ambiente brasileño constantemente, estas ciudades fronterizas se separan del país vecino por el río Acre, y al otro lado, y con libre acceso, puedes entrar a Brasiléia o Epitaciolância, sendas ciudades brasileñas, que si bien, pegadas a Cobija, son completamente diferentes. Cruzamos la frontera, donde si no te empeñas en hacerlo, el trámite migratorio no existiría, y nos subimos a un taxi rápido que nos propulsó por carreteras infinitas hasta la ciudad de Río Branco, capital del Estado de Acre. Desde allí, un conductor de la Secretaría del Medio Ambiente, nos llevó (ya de noche) por unas carreteras llenas de agujeros. El señor, ya entrado en años, manejaba tranquilamente y relajado, dando
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Tuve la suerte de participar en un evento en Manaus, Brasil, hace unos meses. Si recuerdan, yo ya pasé por aquí hace unos años, atravesando ríos hasta esta curiosa ciudad amazónica, donde visité la hermosa ópera colonial y paseé por su paseo marítimo. Esta vez navegamos por el Río Negro y visitamos algunas de las aldeas afincadas a sus orillas del Parque Nacional de Anavilhanas, con categoría de uso sostenible. Pudimos visitar una comunidad que se dedica al cultivo de mandioca (yuca) y a la producción de farofa, una especie de harina de mandioca tostada que se echa para aderezar las comidas. También pasamos por un lugar terriblemente hortera donde los turistas (principalmente nacionales) se dedican a meterse
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Dentro de poco vuelve a ser 28 de Noviembre, ya hace más de cinco meses que regresé de Santiago de Chile, hace un año que nos pusimos la mochila y salimos a pasear pensando que tres meses eran mucho tiempo, se acabaron mis periplos sudamericanos y se caducaron mis vacunas. Cuando marché hacia allá jamás imaginé que iba a terminar en un barco lleno de hamacas cruzándome la Amazonía y mirando las estrellas desde el pulmón del mundo. Ahora mi forma de ver el mundo es diferente, no puedo olvidarme de aquello, tampoco quiero, y no hago más que pensar en cómo podría yo seguir descubriendo lugares como aquellos toda mi vida. Ahora sé que hay pingüinos a la altura del ecuador, que existen cañones mucho más profundos que el del famosísimo
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Llegamos este medio día a Porto Velho, en avión, solo una hora de viaje, pero hemos podido disfrutar de las vistas de la inmensidad de la Amazonía desde el cielo. Anteriormente dije que Porto Velho estaba al sur de Brasil, mal dicho, está más al sur de donde estábamos, pero se encuentra a media altura de este inmenso país. Hemos ido al cine para pasar la tarde, una película en la que sale Will Smith que se llama “Seven pounds/Siete vidas”. También hemos visto lo único turístico que hay aquí, que es una antigua estación de trenes y a la una de la mañana sale nuestro bus hacia Gajará-Mirin/Guayaramerín, el paso fronterizo con Bolivia. De ahí, si podemos tomaremos un
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Llegamos a Manaus, ilusionados, esperando continuar nuestro viaje hasta el sur, a Porto Velho y de ahí a Bolivia. En todos los mapas que consulté aparecía dibujada una carretera de Manaus a Porto Velho, y miré muchos mapas y muchas páginas web, pero qué es lo que pasa cuando llegas aquí?? Te dicen que esa carretera ya no hay buses que quieran hacerla porque está muy deteriorada, y claro, es normal, porque a quién se le ocurre hacer una carretera que cruce toda la Amazonía?? hay que estar loco. Tras unos primeros momentos de bajón y de indecisión bajo la lluvia torrencial correspondiente a estas fechas en la selva, decidimos mirar vuelos. Al final hemos encontrado uno barato para el
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Estamos en Brasil, más concretamente en Manaus, capital de la amazonía brasilenha, antigua colonia de explotación del caucho. Tras dos noches de barco hasta la triple frontera, llegamos a Tabatinga, desde donde, por suerte, conseguimos un barco el mismo día hasta Manaus, en el que pasamos otras tres noches en hamacas… Informo a lectores anónimos, que la migración de Tabatinga está lejos del puerto, que los barcos brasileños son mil veces mejores, con límite de pasajeros, con baños limpios y comida mejor y en más cantidad. Los cajeros automáticos de Tabatinga tienen unas colas impresionantes y estuvimos un buen rato aprendiendo a utilizarlos, porque hay que meter y sacar la tarjeta varias veces. Casi perdemos el barco con la tontería
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Escribo desde la ciudad más grande del mundo sin acceso terrestre. Hemos sobrevivido al primer barco, y ya estamos instalados aquí antes de tomar el segundo barco hasta la triple frontera con brasil y colombia y de ahi hasta Manaus, capital brasileña de la amazonía, pulmón del mundo. Hemos dormido en hamacas, hemos vivido lo equivalente al Titanic en sudamérica, había clase alta y clase baja. Los de la clase alta iban en el piso de arriba y tenían unos pequeños camarotes, no tenían que esperar cola para comer ni para ir al baño. Nosotros, como buenos mochileros nos hemos difuminado entre los pasajeros de la clase baja, hemos esperado nuestras buenas colas para comer, hemos tenido que sortear mil
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