El norte peninsular

Fecha: del 31 de julio al 22 de agosto de 2021 Llegó el verano, y después de aproximadamente 7 años sin pisar España durante el periodo estival, decidimos que 2021 sería un buen momento para hacerlo. Vacaciones en pleno agosto, no recordaba que la masificación fuese algo tan arraigado en mi país. El calor es imposible de olvidar. El periplo, como siempre, inició en el epicentro de mi vida, Madrid, desde donde nos dirigimos en el coche (prestado) de mis padres hacia Asturias, más específicamente hasta Langreo, corazón de la cuenca minera. No pudimos tener mejor compañía, pues Mario fue nuestro guía y nuestro anfitrión, hospedándonos en casa de su encantadora familia. Desde aquí comenzaba este viaje de aproximadamente 20

Isla Brava, remota y cautiva

Fecha: 4 de abril de 2021 y 7 de septiembre de 2021 Brava, al igual que Santo Antão, no tiene aeropuerto, sin embargo, el acceso hasta la isla es mucho más complicado, pues no dispone de varios ferrys al día que la comuniquen con la isla más cercana: Fogo. Las conexiones marítimas entre ambas islas son pocas, mediocres, variables e inciertas. No obstante, la conocida como “Isla de las Flores” no iba a quedarse fuera de nuestro radar. Como explicaba, es muy complicado ir a pasar un fin de semana a la isla, porque las conexiones no lo permiten. Sin embargo, aprovechando un feriado, habíamos comprado el ticket de barco para salir un viernes por la tarde y regresar un

Ribeira da Barca y su Laguna de Aguas Belas

Fecha: 3 de octubre de 2020 Seguimos aprovechando los fines de semana para hacer escapadas por los múltiples lugares desconocidos de la Isla de Santiago. Ciertamente son pocas las informaciones turísticas que uno puede encontrar en Praia o en internet. Llama la atención, primero, que un lugar tan pequeño esconda tantos secretos, y segundo, lo fáciles que serían de sistematizar esos “tantos” secretos. Poner a disposición del turista todos estos destinos sería una tarea no demasiado complicada; sin embargo parece que alguien haya tomado la decisión de mantenerlos ocultos para darle un misticismo y singularidad especial a todos estos recovecos maravillosos. En esta ocasión, acompañados de Belén, nos fuimos hasta el pequeño pueblo pesquero de Ribeira da Barca; un poco

Parque Nacional Chingaza

En una escapadita a Bogotá para el evento de cierre de un proyecto, pude aprovechar, junto con algunos amigos, para conocer el páramo que abastece de agua a la población capitalina de Colombia. El Parque Nacional Chingaza se encuentra ubicado en la sierra que rodea la ciudad de Bogotá, y en su mapa tiene forma de mariposa. Para hospedarnos, elegimos un lugar cerca del pueblo de Shiecha, aunque el primer día entramos desde el pueblo de Fomeque en coche para llegar hasta la zona de Monterredondo. De camino hasta este sendero tuvimos que deternernos innumerables veces, pues por todo el camino aparecieron diversos venados alegrándonos el día. Asustados, pero curiosos, continuaban comiendo con una oreja levantada mientras se dejaban fotografiar.

Loja, la provincia de las mil sorpresas

En el mes de marzo hicimos una escapadita hasta la provincia de Loja de nuevo. Aunque ya habíamos estado un par de veces, aquí se oculta uno de los lugares que más curiosidad me ha dado desde que llegué a Ecuador, y por fin íbamos a poder conocerlo; el bosque petrificado de Puyango. Fuimos en un autobús nocturno y alquilamos un coche en la ciudad de Loja para desplazarnos por la zona. Esta es, sin duda, la provincia que peor accesibilidad vial tiene, muchas de sus carreteras están sin asfaltar y muchos de sus pueblos están aislados del país. Entre carreteras de ripio llegamos a Zaruma, este pueblo encantador que ya habíamos visitado en una ocasión anteriormente. Después de pasear,

Subiendo al glaciar en el Cotopaxi

Un fin de semana cualquiera, más concretamente el del 8-9 de Diciembre de 2018, nos fuimos Vero, Mario y yo hasta el Cotopaxi. Aunque había ido varias veces a este Parque Nacional, nunca había subido caminando hasta el refugio, y mucho menos hasta los pies del glaciar. Dejamos el coche en el parquing que está a los pies del refugio y caminamos los escasos metros que lo separan de él, por una pendiente con una inclinación pronunciadísima, que sumada a la altura, hace que uno pierda el aliento y se le salga el corazón por la boca. Una vez en el refugio, nos tomamos un mate de coca y cogimos fuerzas para caminar los 20 minutos que separan a este

Agua azul turquesa en Plitvice

Esta mañana tuvimos suerte y el sol pegaba con fuerza desde bien temprano. La decisión de dejar para otro día este hermoso parque al encontrarlo con lluvia, valió la pena. Entramos temprano y nos volvimos un poco locos para elegir la ruta adecuada, pues el parque está organizado por diferentes tipos de caminos clasificados por tiempo y dificultad. Sin embargo muchos de ellos se cruzan y acabamos haciendo un híbrido entre dos rutas de dificultad y longitud media. Todo está organizado en pasarelas bastante cómodas y hay barco-taxis que puedes coger en cualquier momento para desplazarte de un lugar a otro. Igualmente hay un trenecito que te trae desde el final del camino hasta la entrada principal, por lo que

Liubliana, una capital con encanto

Temprano en la mañana nos dirigimos hacia Liubliana, la capital de Eslovenia, donde habíamos reservado un free tour para poder conocer la ciudad y recibir alguna reseña histórica de la misma. En la plaza Prešeren, bajo la Iglesia de la Anunciación, se reunieron los grupos y nos dividimos para iniciar el recorrido por la ciudad. Una chica muy divertida nos llevó a pasear por los diferentes atractivos de Liubliana. Allí mismo está el puente triple, una solución que encontró la ciudad para mantener un espacio de tránsito a vehículos, además de otros dos espacios peatonales en sus laterales. No obstante, a día de hoy todo el centro histórico es peatonal, y únicamente, unos minitaxis eléctricos gratuitos circulan por sus callejuelas,

Llegando a Eslovenia: dragones, cuevas y castillos

Amanecimos en Rovinj (Croacia) y buscamos dónde desayunar mientras paseábamos por todo el pueblo. Juan se bañó de nuevo en el agua helada de la mañana adriática y disfrutamos de un agradable paseo por sus calles antes de dirigirnos hacia Eslovenia. La primera parada eslovena después de pasar la frontera fue en la ciudad de Piran, el punto más occidental del país y única salida al mar de este. Es la parte de la península de Istria que sigue siendo eslovena; y su casco antiguo es muy parecido a las ciudades que veníamos visitando los últimos días. Casas antiguas con techos de teja, altas iglesias con campanarios elevados y callejuelas laberínticas empedradas. La parte histórica es muy colorida y moderna

Istria encantadora

Aunque la noche en Plitvice había sido estrellada, se levantó un fuerte viento y amaneció con una tormenta horrible. Después de un buen rato de discusión y de estudio de las opciones que teníamos, decidimos cambiar la ruta; visitar la peninsula de Istria antes de tiempo y regresar a esta lugar un par de días después, donde se indicaba que el clima mejoraría. Lo que sabíamos es que este parque nacional teníamos que verlo, y teníamos que verlo sin lluvia. Así que cogimos el coche y nos fuimos directos hasta Pula, al sur de la península de Istria, que ha sido tradicionalmente habitada por muchos pueblos y que hasta el fin de la segunda guerra mundial, perteneció en su totalidad

Parque Nacional Krka

Split por la noche, como dije en la entrada anterior, es algo mágico. Dentro de las murallas del casco histórico, es una ciudad fresca, con ambiente agradable y músicos callejeros que le aportan un toque excepcional. Por la mañana nos recibió con un sol estupendo, con calor y con poca gente. Paseamos un poco para ver con luz lo que habíamos recorrido por la noche, subimos hasta el campanario de la catedral, y las campanas repicaron brutalmente cuando estábamos subiendo por la escalera que las rodea; casi morimos de un infarto, pero una vez arriba, las vistas de la ciudad, el puerto y el mar Adriático, merecieron la pena. Posteriormente nos fuimos hasta el Parque Nacional Krka (¿alguien sabe cómo

La ruta de las mezquitas

Amanecimos en Sarajevo, donde habíamos reservado un free tour con Adis Hamzić. Este chico, con muchísimos conocimientos de historia nos llevó a pasear por las calles de la ciudad contándonos con mucho detalle algunos de los últimos eventos acontecidos en la historia reciente de la ciudad; desde el asesinato del archiduque del Imperio Austrohúngaro que dio inicio a la primera guerra mundial en 1914 hasta la última guerra balcánica que supuso la desintegración de Yugoslavia. Paseamos por las calles principales, conociendo los mercados de antigüedades, el antiguo bazar, el puente latino, la mezquita Gazi Husrev-beg, del siglo XVI y la más grande del país. Nos explicó sobre la historia de Vijećnica, un edificio precioso que ahora funciona como ayuntamiento, pero

Las fortalezas dálmatas: Kotor y Dubrovnik

Amanecimos en Kotor y nos quedamos boquiabiertos con la bahía sobre la que está construido y las montañas que la rodean. Caminamos hasta la puerta de entrada a la zona amurallada y alucinamos porque justo en frente, entre diversas embarcaciones había un crucero gigantesco estacionado. Tan grande que uno se plantea por dónde puede entrar hasta ahí semejante monstruo. Paseamos un rato por el casco histórico y disfrutamos de las callejuelas semi vacías debido a que era bastante pronto. Esta ciudad me resultó muy bonita y agradable para pasar un rato perdiéndose entre sus calles. Con iglesias escondidas entre sus estrechos pasajes y con ropa recién lavada secándose al relente de la mañana. Una de las visitas obligadas de Kotor

Albania, el país de Skanderbeg

El casco histórico de Berat está enclavado en una ladera montañosa, y las callejuelas del centro son pasillos estrechos con cuestas pronunciadas que suben laberínticamente entre un entramado de casas blancas apoyadas unas sobre otras. Por la noche no pudimos pasear mucho por ahí, pues la inclinación de las calles lo complica bastante, además de que la falta de iluminación nocturna tampoco ayuda mucho. Hay otras calles más accesibles, como las que se encuentran de camino a la parte nueva de la ciudad o las que bordean el río. Estas calles están iluminadas y son bastante agradables para dar un paseo nocturno. Allí cenamos cordero y el plato típico albanés “fërgesë”, hecho con hígado, huevos, queso de oveja y perejil.

Ohrid, un lago de ensueño

El hostal que elegimos por booking no resultó ser el mejor del viaje. Pared con pared con una sala de juegos de donde entraban y salían personas de dudosa reputación, nos hizo pensar en la posibilidad de que la ciudad de Ohrid no fuese el destino que esperábamos.  Sin embargo, al despertar, todo ese bullicio (imagino que más del habitual por ser viernes) había desaparecido, y en su lugar, se había instalado un pequeño pueblo a orillas de un lago quieto como el hielo, cubierto de neblina y adornado por los graznidos de las gaviotas.  Primero desayunamos relajadamente y paseamos un poquito a orillas del lago, disfrutamos del sol que alumbraba su superficie y su horizonte en neblina donde se